EL ESPAÑOL EN AMÉRICA: COLOMBIA
Colombia es un fiel
aliado en esto del idioma. Se habla en todo el país y se habla muy bien. Las
lenguas indígenas pintan muy poco. En la capital, Bogotá, nada. En las zonas de
selva (como le llaman ellos al Amazonas), muy poco.
Lo que cambia en
Colombia con respecto a España es el acento, cuestión menor que no deja de ser
una riqueza para nuestro idioma. Así el acento (o tonada, como se dice por allá) no es el mismo en Bogotá que en
Medellín, ni en Medellín que en Santander. El acento de Medellín es más cantadito
mientras el de Santander es más golpeado (palabra empleada también por los
colombianos).
La semejanza entre
nuestro español y el de los colombianos es evidente y no hace falta viajar
hasta ultramar para descubrirlo. Cualquiera que haya oído a un colombiano por
Madrid o en cualquier otro lugar de España, lo sabe. En televisión, cuando sale
un futbolista colombiano haciendo declaraciones, notamos la diferencia de
acento pero poco más. Quizá alguna palabra, alguna expresión… Ayer Falcao, hoy
James Rodríguez, se expresan en un español habitualmente más correcto que el de
muchos españoles.
Si viajásemos hoy a
Colombia no notaríamos diferencia entre el español empleado por los jóvenes del
de los mayores, más allá de los modismos que varían con la edad. Se habla un
buen español, entre otras razones, porque no hay una excesiva invasión del
inglés. El Estado y la gente en general son conscientes de la riqueza que
tienen entre manos y la cuidan: el sistema de enseñanza colombiano se divide en
escuelas (públicas) y colegios (privados) y todas las asignaturas se imparten
en español. Es difícil encontrar una escuela en la que se estudie, además, el
inglés. Solo los que tienen dinero pueden llevar a sus hijos a un colegio en
donde, allí sí, se da clase de inglés. Los mejores colegios en Colombia son los
colegios bilingües. La discriminación social en cuanto al colegio o la escuela
a la que puedan ir tus hijos existe y está muy marcada pero, al menos en lo que
respecta a nuestro idioma, se busca siempre impartir unas clases de español
rigurosas y académicas. Y todo ello se ve reforzado con el apoyo de los padres
en la casa, que corrigen a sus hijos cuando estos lo hablan mal.
La Academia de la
Lengua colombiana desarrolla una labor excelente que es apreciada por la
población. En los distintos departamentos (las provincias que decimos en
España) se cultiva el idioma a través de los colegios, escuelas y todo tipo de
actos culturales.
Las diferencias, como
decimos, son mínimas (y por otro lado naturales): emplean habitualmente aguardar por esperar, coger por agarrar, pendejo por bobo, cocinar por
guisar.
Podemos echarnos a
dormir tranquilos con Colombia, al menos en cuanto respecta al idioma. Goza de
una salud superior a la que tiene hoy en España.
JORGE URDIALES
YUSTE
Doctor en periodismo. Profesor de Lengua y Literatura
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